lunes, 21 de julio de 2008

Heraldica "La ciencia del Blasón III"

Para terminar esta pequeña guia de heraldica hablaremos sobre la comercialización de la heráldica, hoy en día, numerosas empresas se dedican a comercializar representaciones heráldicas particulares destinadas al gran público, con diferente calidad artística y distinto grado de corrección heráldica. Siempre ha habido artesanos dedicados a su confección, tanto para heráldicas oficiales como familiares o personales.



Es importante señalar que los escudos o blasones no pertenecen a un apellido. Es la familia, o cada primogénito o heredero principal según la legislación o el uso de cada país, quienes son titulares de una heráldica particular. Una familia no tiene necesariamente que compartir los mismos ascendentes, historia ni derechos que otra con el mismo apellido. Por tanto tampoco comparten su escudo, que es parte su historia y de su patrimonio. Este patrimonio suele estar protegido por las leyes de los distintos países. La suplantación, incluida la de títulos y derechos, también está contemplada. En muchos países el uso de imágenes identificativas cualesquiera no es libre, y se requieren permisos de sus legítimos propietarios.



A principio de la Edad Media, no había apellidos en España. A lo largo de la Edad Media se van fijando. Muchos basados en apelativos, algunos derivados de topónimos, de oficios, o patronímicos. Al final de la Edad Media se fija la forma de apellidarse en España (Cardenal Cisneros). A partir de entonces el apellido del padre pasa a ser obligadamente el apellido principal. Muchas personas pasaron a tener el mismo apellido sin tener ninguna relación familiar.

Un ejemplo: Imaginemos una localidad llamada Torrebaño. Varias personas van mudándose fuera del lugar. Como era común son llamados por apelativos, algunos de ellos serán "el zapatero de Torrebaño" o "el de Torrebaño". Esto aún es común, incluida su transmisión, aún hoy hay apelativos del tipo "el hijo del de Torrebaño" o "el hijo del zapatero". También el Señor de Torrebaño usa ese toponímico. Con el tiempo, encontramos a descendientes apellidados Torrebaño y no tienen ascendentes comunes. También encontraremos Zapateros cuyas familias vienen de lugares distantes entre sí. Algunos de ellos, o de sus antepasados, podrían haberse hecho merecedores de distinciones o títulos, o haberlos perdido, o tener derecho al uso de un escudo. Éste es concesión personal, en todo caso pertenece a la familia, no al apellido. Incluso la familia podría cambiar su apellido y podría conservar su escudo. Miembros de otras familias, aún con el mismo apellido, no tienen ningún derecho respecto a ese escudo
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