domingo, 20 de julio de 2008

Heraldica "La ciencia del Blasón II"

Esmaltes heráldicos:


Se llaman esmaltes heráldicos a los tintes, o combinaciones de ellos, que llenan las superficies del dibujo heráldico. Hay tres divisiones principales, metales, colores y forros; y su uso es regido por leyes heráldicas, con sus excepciones.


Metales heráldicos:


Oro: Representado habitualmente con amarillo, preferiblemente gualdo.
Argén o plata: Es blanco, pero en la heráldica portuguesa se lo representa diferente uno del otro, siendo la plata gris claro.
En algunas armerías europeas hay, además, otros metales.
Acero

Colores heráldicos:


Se consideran estos colores heráldicos:
Gules: Es el rojo
Azur: Azul
Sinople: Verde
Púrpura: No está considerado por todas las heráldicas europeas, donde se sustituye por gules, preferentemente, o azur dependiendo del caso.
Sable: Negro


Con el tiempo, algunos estilos heráldicos incluyeron muebles pintados al natural, dando lugar a otras denominaciones:


En su color:
Carnación
En Heráldica inglesa hay colores denominados "manchas" que no son consideradosen las otras heráldicas:
Sanguíneo
Leonado
Morado
En sudáfrica por tradición holandesa se usa:
Anaranjado

Forros heráldicos:

Similares al sembrado, pero con entidad propia, son siempre combinaciones de metal y color: Se basan en los forros de pieles, cortados de forma específica, usados antiguamente en ropajes elitistas.


Armiños: De plata, sembrado con armiños heráldicos de sable. Éstos armiños no son representaciones del animal, sino abstracciones heráldicas de la pequeña punta negra de sus colas, que se veían al coserlas juntas.


Veros: También llamados "veros ordinarios". Son de plata y azur.
Las líneas del vero han dado lugar a variaciones:
Contraveros
Veros en punta
Veros ondados
Éstos son de esmaltes fijos, pero surgieron también variaciones respecto al color.


Contraarmiños: Cambiando la plata por el sable, y viceversa.


Verados: Cambiando uno de los dos esmaltes. En heráldica española llegan a cambiar los dos, especialmente en el mediterráneo.


Y a variaciones de las variaciones:
Contraverados
Verados en punta
Verados ondados


Por último, en algunas heráldicas surgieron otras, también basadas en los esmaltes:

Armiñado

Leyes sobre el esmalte:

No poner metal sobre metal, ni color sobre color. Esta es una lógica regla de contraste, que facilita el reconocimiento de las figuras.


Esta norma no afecta a los detalles resaltados de las figuras, como el pico o las garras. Todos aquellos detalles que se dibujan entre la figura a la que pertenecen y el campo del escudo necesariamente han de coincidir con uno de ellos, dado que dicha figura sí ha de respetar la norma. Por estética, aquellos otros que no tocan el campo pueden llenarse del mismo esmalte que los primeros.


Las superficies de carnación pueden ponerse sobre color o sobre metal.


En heráldica española el púrpura en armerías reales tiene condición tanto de metal como de color.

Los diseños que rompan esta regla han de tener una justificación. Son llamadas "de enquerre", que quiere decir inquirir, porque se hace necesario averiguar dicho motivo. Por ejemplo, podría haberse aplicado una bordura alusiva a un honor o un hecho, necesariamente de un esmalte determinado, en un escudo cuyo campo fuera de un esmalte que obligara a romper la norma. Incluso del mismo esmalte, en cuyo caso de llamaría "cosida".


Los esmaltes han de tener alta densidad cromática que los diferencie inequívocamente. Cada esmalte de un blasón es de una tonalidad única, se aplican con la misma tonalidad en las distintas partes del blasón.

La aplicación del esmalte ha de ser plana y uniforme. Dejando aparte que el soporte donde esté pintado tenga relieve y sombras propias, el dibujo propiamente heráldico no se debe llenar con sombras, degradados, matizaciones ni tonos tendentes al naturalismo, ni buscando aparentar relieve, ni de ninguna otra manera. Excepción: el diapreado o adamascado, que no es de heráldica medieval, sino posterior, ni común en heráldica española .


Estas reglas se aplican solamente al blasón o escudo propiamente dicho, a lo que está pintado dentro del escudo. Los elementos que acompañan exteriormente al escudo son, en su mayoría, muy posteriores. Al extenderse la heráldica y sus usos, y hacerse hereditaria, se hizo necesario añadir elementos que identificaran a los propietarios cuando no estaban presentes, y que los distinguieran de otros de su mismo linaje. De esta forma acompañan al escudo prendas, útiles y otros elementos que, al hacerse heráldicos posteriormente y en pos de una buena identificación, se representan con más naturalidad. Incluso algunos necesitan un color que no se limite a las tonalidades puramente heráldicas
.

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