La Real, Celestial y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos más conocidos como "Orden de la Merced o Padres Mercedarios. Es una orden que fue fundada en Barcelona (España) en 1218 por San Pedro Nolasco, (un joven mercader de telas), para la redención de los cristianos cautivos en manos de musulmanes (60.000 hasta 1779), con la intervención directa del jurista San Raimundo de Peñafort, que era su confesor. El Papa Gregorio IX la aprobó el 17 de enero de 1235, dándoles la regla de San Agustín. Estaba compuesta por religiosos y caballeros (frailes legos o coadjutores) que recibieron la institución canónica del obispo de Barcelona y la investidura militar del rey Jaime I, "el conquistador". Los primeros mercedarios tomaron parte en la conquista de las Baleares en 1229 y en la de Valencia en 1238, y también recibieron constantes beneficios del rey. A partir de 1317 se convirtió en una orden clerical asimilándose, canónicamente, a una orden mendicante (1690).
Los mercedarios pronunciaban cuatro votos: pobreza, castidad, obediencia, y cuarto: " estar dispuestos a entregarse como rehenes y dar la vida, si fuese necesario, por el cautivo en peligro de perder su fe". Muchos eran, por entonces, los cristianos que eran capturados y vendidos como esclavos a los musulmanes de África, lo que ocurrió hasta que desapareció la piratería. Los mercedarios cumplieron fielmente al cuarto voto profesado, y en su historia constan, perfectamente documentadas, 344 redenciones y más de 80.000 redimidos, y más de 300 mártires. Se dedicaban a liberar cautivos cristianos de manos de los sarracenos, llegando incluso a dar la vida por ellos, ya que cuando faltaba el dinero para liberarlos, ellos mismos se quedaban como parte del pago corriendo el riesgo de ser torturados e incluso asesinados si no se llegaba con el dinero del rescate. Muchos corrieron esta suerte, entre ellos: San Serapio (prisionero, torturado y asesinado), San Pedro Armengol (prisionero y torturado, sobreviviente pero con graves secuelas físicas), San Ramón Nonato (prisionero y torturado, sobreviviente), etc. Tras la abolición de la esclavitud en 1812 la orden pasó a convertirse en una orden misionera y caritativa. Fue el padre chileno Fr. Pedro Armengol Valenzuela, quien instauró una completa reforma durante sus 30 años de gobierno como general, indicando los nuevos horizontes de redención, atendiendo a las nuevas cautividades, que acechan con mayor profundidad y mayor sagacidad al hombre. En 1960 la orden contaba con 780 religiosos y 149 conventos.
También hay que agregar que fue una de las tres Ordenes mendicantes que evangelizaron América, desde el Reyno de la Nueva España a La Patagonia y Chile, se le encomendaban los lugares más lejanos. En esto es necesario destacar la participación del P. Antonio de Almansa como capellán en la expedición de Diego de Almagro, en el año 1535, cuando llegaron a Chile.
El Blasón de esta orden es el que vemos en el comienzo de esta entrada se trata de un partido el 1° de gules una cruz pate de plata y el segundo de gules cinco palos de oro.
Los mercedarios pronunciaban cuatro votos: pobreza, castidad, obediencia, y cuarto: " estar dispuestos a entregarse como rehenes y dar la vida, si fuese necesario, por el cautivo en peligro de perder su fe". Muchos eran, por entonces, los cristianos que eran capturados y vendidos como esclavos a los musulmanes de África, lo que ocurrió hasta que desapareció la piratería. Los mercedarios cumplieron fielmente al cuarto voto profesado, y en su historia constan, perfectamente documentadas, 344 redenciones y más de 80.000 redimidos, y más de 300 mártires. Se dedicaban a liberar cautivos cristianos de manos de los sarracenos, llegando incluso a dar la vida por ellos, ya que cuando faltaba el dinero para liberarlos, ellos mismos se quedaban como parte del pago corriendo el riesgo de ser torturados e incluso asesinados si no se llegaba con el dinero del rescate. Muchos corrieron esta suerte, entre ellos: San Serapio (prisionero, torturado y asesinado), San Pedro Armengol (prisionero y torturado, sobreviviente pero con graves secuelas físicas), San Ramón Nonato (prisionero y torturado, sobreviviente), etc. Tras la abolición de la esclavitud en 1812 la orden pasó a convertirse en una orden misionera y caritativa. Fue el padre chileno Fr. Pedro Armengol Valenzuela, quien instauró una completa reforma durante sus 30 años de gobierno como general, indicando los nuevos horizontes de redención, atendiendo a las nuevas cautividades, que acechan con mayor profundidad y mayor sagacidad al hombre. En 1960 la orden contaba con 780 religiosos y 149 conventos.
También hay que agregar que fue una de las tres Ordenes mendicantes que evangelizaron América, desde el Reyno de la Nueva España a La Patagonia y Chile, se le encomendaban los lugares más lejanos. En esto es necesario destacar la participación del P. Antonio de Almansa como capellán en la expedición de Diego de Almagro, en el año 1535, cuando llegaron a Chile.
El Blasón de esta orden es el que vemos en el comienzo de esta entrada se trata de un partido el 1° de gules una cruz pate de plata y el segundo de gules cinco palos de oro.
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